Volver a la Liga de origen no fue nada fácil para un club
como General Paz Juniors, un club acostumbrado a jugar Federales, un club con
grandeza por su calidad y por su gente. Volver fue muy duro tanto para sus jugadores
como para su gente y como para el fútbol de Córdoba.
“Hay que empezar desde cero” fue lo que todos decían,
renacer como cual ave fénix para volver y volar alto. Pero ese renacer no iba a
ser nada fácil porque la Liga Cordobesa de Fútbol no es una Liga cualquiera, es
dura de barrio y pasional como ninguna.
Así fue que un día los del barrio Juniors tuvieron que afrontar
la realidad y empezar la reconstrucción.
Iniciaron los entrenamientos con trece jugadores, de los
cuales varios de ellos eran los pibes de la cantera del club. Palacio, con un
futuro prometedor; Cobián, habilidoso, mucho potencial; los referentes como López,
Ceballos, Oliva y muchos más. Poco a poco se fueron armando hasta que un día
llego un tal Gastón Marín, un pibe que sonaba en varios clubes y tenía fama de
ser de esos jugadores que marcan la diferencia. Llegó también Marco Fermanelli
un jugador rápido, atento, con juego. Martín Martínez que aceptó volver a
ponerse los cortos después de años difíciles. Jugadores con experiencia fueron sumando.
Así se fue generando un equipo donde algunos le pusieron todas
la fichas y otros no le daban “ni un peso” como se dice en el barrio.
Increíblemente y para sorpresa de muchos ese equipo respondió de una manera fenomenal y terminó siendo el “Campeón invicto” de
la etapa clasificatoria , terminó
consiguiendo el ascenso al Federal C y ganó una final más para jugar la copa Córdoba de la Liga.
Con Sergio Allende no solo se formó un equipo de fútbol sino
que también se formó un grupo de amigos, hermanos, un grupo humano. Tal vez no
todos lo sepan pero estos pibes no solo consiguieron logros futbolísticos sino
que se metieron en el corazón de la gente, en el corazón del hincha. Por que
demostraron no solo juego sino también corazón y humanidad. Tal vez no sabrán que en la
cancha de Unión San Vicente pidieron volver al vestuario con la terna arbitral
porque la hinchada estaba un poco acalorada, de manera que todos estén seguros
y nadie salga herido.
Tal vez no sepan que hicieron llegar su donación a la gente
de All Boys tras la dura muerte de un dirigente importante de aquel club, que
como ningún equipo se la jugó por su propio club ayudando a arreglar la cancha,
a solucionar problemas extra futbolísticos, que no les correspondían, pero aun así
pusieron el pecho y levantaron su institución no solo con el fútbol sino con su
humanidad. Y así hay muchísimas cosas más
que por los propios códigos del viejo fútbol no se cuentan porque son “secretos
de vestuario”.
Desde el primer sábado de Liga hasta el último estos campeones
demostraron su grandeza.
Y justamente con el último partido llegamos es que llegamos al punto de esta nota. Un último partido
que definía el campeón de Córdoba, una final que se vivió como tal porque fue
un partido duro, polémico y picante. Todos sabemos como termino aquel encuentro y más allá de la tristeza de
perderlo nuestros jugadores levantaron la cabeza, saludaron y agradecieron a
sus hinchas por haberlos acompañado a todos lados y por apoyarlos incondicionalmente.
Pero no solo eso sino que también con
grandeza y respeto realizaron el puente a los campeones, al Club Atlético La
Palmas. Un gesto enorme que en el fútbol
de hoy casi no se ve, un gesto que habla de un equipo humano que supo dejar la
bronca del juego atrás y reconoció al campeón.
Por eso hoy nos duele que
intenten derrumbar a nuestro equipo y a nuestra institución con notas como la que
dio el técnico de Las Palmas a un conocido diario local intentando embarrar de
la manera más ruin todo un año de magnifico y ejemplar trabajo. Desde nuestro humilde lugar repudiamos ese tipo de “acciones" porque
a consideración nuestra, y de muchos, es generar violencia, violencia que hoy
es un tema muy presente en el día a día del fútbol y que juntos tenemos que
luchar para que eso se acabe. Pero lamentablemente este tipo de hechos no ayuda.
Nosotros nos pregúntanos ¿realmente había necesidad de hacer
y publicar una nota a un técnico, que ganó, pero que solo se quejó y lloró de
tal manera cuando su equipo se quedó con la copa? ¿Había necesidad de atacar a
un club que, más allá de lo que fue el partido y la tristeza de la derrota, saludó,
reconoció y respetó al campeón con un gesto enorme? Por que fue un gesto de corazón,
un gesto que el mundo del fútbol debería imitar, porque más allá de las copas
el fútbol es solo un juego.
Todos dicen hay que saber perder y estos chicos supieron
perder pero también hay que saber ganar y tipos como el señor Cavallo no saben
lo que es ganar porque en vez de festejar y agradecer públicamente a su gente apostó
a querer bajar un club que tiene valores, unión y humildad por encima de las
individualidades y la vanidad.
Por eso señor Cavallo nos dirigimos a usted para recordarle
que los códigos y valores futbolísticos constan en dejar el egoísmo atrás, en
dejar las “broncas” en el vestuario, en
que cuando se gana se festeja y no se llora, y que cuando se pierde se levanta
la cabeza y se sigue. Que una vez terminado el juego volvemos a ser todos
amigos y la rivalidad ya no existe.
Con su acto de llorar y atacar al otro ante la prensa ¿qué
valores les está enseñando a sus jugadores, a sus hinchas a la gente? Dedíquese
por favor a su trabajo y a valorar tanto el suyo como el de los demás. Porque
hoy con tan fea actitud usted convirtió a su club campeón en un club pequeño y
sin valores, cosa que no merece.
Nos remitimos solo a lo publicado en dicha nota pero no nos
olvidamos de sus gestos el día del
partido, cosa que al parecer se olvidó de contarle a afamado diario. ¿O tal vez
será que solo no se acuerda de como usted provocó constantemente a nuestra gente? De
cómo hostigó al juez de línea, como incentivó a que su hinchada siguiera
insultando y escupiendo. De cómo llamó usted a arruinar la fiesta porque no por nada usted también
salió expulsado. ¿Por qué no comentó su actitud deplorable y poco seria? ¿Por
qué no contó como el herido terminó siendo el utilero de nuestro club? Nos llevaría
muchas líneas más seguir comentando sobre aquel partido pero con esto es
suficiente.
Por eso nos tomamos el tiempo de describirle un poco como se
maneja la grandeza en Juniors, demostrarle no solo a usted sino a todos que
nosotros somos grandes en todos los sentidos. Y creemos necesario que si se va
a contar la historia se la cuente entera y no solo la parte conveniente.
Mire, sepa y aprenda que la grandeza no consta siempre en
las copas ganadas sino en la calidad y en la forma en las que se las gana o
simplemente en la actitud con que se las enfrenta.
A pesar de lo sucedido levantamos la cabeza aceptamos la derrota
y no salimos a mendigar y a llorar. Todo lo contrario, nos unimos más que antes
y juntos con nuestra gente cerramos un año maravilloso.
- Porque la grandeza se cultiva poco a poco y no solo abarca los títulos sino que también la calidad humana y el respeto. ¡Valores, humildad y respeto ante todo!
Por: Somos Juniors